Luego de verte desvanecerte entre el querer y el no poder, comprendí de una vez lo que tanto intenté resolver.. Mis heridas, se hicieron huellas para alimentar al mar; sal que borra amarguras, endulza dolores sangrantes causante de miradas sobre el vacío de encontrarme ahí.
Aire que me bebe del vaso de los sueños, mientras absorbo miedos y recuerdos transformados en peso, en cuerpo y tiempo. Humanizarme, después de cobrar esa cara de arcilla que se adapta al clima de nuestro mundo en bajo-pellejo; que se adiestra para mostrar lo que quieren ver los demás..
Es que aprendí a moldear sonrisas en desiertos atados de infiernos; a detener inundaciones que deshidrataban los acuíferos de mi alma..
Los minutos me enseñaron a fruncir las entre cejas frente a tablas de valores que me autorizaban a ser normal y dejar de pensar por mí misma; me encontré con que la guerra de mi ser y el espejo que encontré, se gana perdiendo esa complicidad de sentirse satisfecho concreto, resuelto.
Poder moldearme a mi parecer fue haberme condenado a la vida; a la muerte cuando agotasen las fuerzas del espíritu para continuar manipulándola.. sentenciándola a innumerables grietas que terminan mezclándose con la tierra y las hierbas; atreviéndose a abandonarme para volver a liberarme del peso de la conciencia, de pasados queriendo revivir con el solo brote de recuerdos; devolviéndome las alas que me apetecían para el gran alivio final.. un ser sin la carga de tener que sostener un cuerpo, o peinar a un mundo entero.