"Si no eres parte de la solución, eres parte del problema, actúa"

Lenin

Uno de los problemas ortográficos de la vida es no saber poner un punto final . .

Anónimo.

El tiempo del olvido

Sin saber si estoy parada o colgada, vislumbro un abismo tan lejos como la distancia de cuatro pasos de hormiga. Me quiero sentar y solo logro tropezar; una vez más olvidé que no tengo grises ni equilibrio, se me desgastaron los matices que ahora solo se dejan recordar. Es el mismo monstruo que volvió a tocar mi puerta disfrazado de persona; el mismo que me engañó con palabras condicionadas por un mundo de fantasías. Sus barreras se adaptan a la mía, y automáticamente son mi compañía, mi complemento y mi condena. Me abandona y me tortura su vacío; algo hace ruido, como si mi felicidad desatara un torbellino con un destino desconocido. Empiezo a alimentarme del pasado, como con cuenta gotas exprimo y reprimo recuerdos. Mi sangre sigue fluyendo y la vida continúa, ¿O solo pasan los días? Logré entender que no era mi corazón herido, sino peor, mi alma desangrando en el olvido de quererse encontrar.