Cae en dos gotas esa angustia que me abraza, que me ahorca y me condena. No veo la salida, nunca quise entrar, pero ya estoy acá. Cómo remontar el próximo minuto que vendrá, que todavia no nacio y de repente murió en mí, en vos, en todo mi alrededor. Una cucharada de miel para comprender el amargo de mi boca cuando no hay ojos cerca, cuando mis pensamientos vuelan y vuelven hacia mi como bala contra la sien, como búmerang de tus ideas racionales.