El televisor

Pestañeaba el televisor,
del edificio del frente.
Y esa luz que me mantuvo perpleja.
No supe distinguir entre lo que veía y lo que mi mente calcaba,
Estacionada en ese momento
se reproducía la vida en reverso, 
y el principio ya estaba marchito por el final que acababa de comenzar.
Era como ver una flor renacer, 
un cielo indeciso entre las nubes que no encontraban su destino, 
que no querían llover, no se dejaban convencer 
por ese viento que tampoco las dejaba dormir, morir,
que insistía en enseñarles a fluir.
La muerte se veía realmente seductora,
con una carga que se diluía en historias
ya escritas o descritas 
por esa lapicera que recobraba su tinta,
y los desamores desanudaron sus rencores
se redujo el mundo a la mitad
y volvía a latir algo ahí..
Mis ojos, 
me miraban todos esos ojos, 
pidiéndome que tome el control
remoto, y pulse el stop
donde me quedaría 
hasta volver a  ver pestañear, ese televisor
que nunca existió.

GGG

Se reproducía como una lista,
esa historia que comenzó entre las sábanas y el almohadón.
Un botón le puso play a esa noche a punto de terminar
y perdimos el control
remoto, para desacelerar esa secuencia rápida que no vimos.
Compartimos un poco más que aire
y música susurrada al oído,
se tocaron nuestros sentidos
ahora refugiados en el espacio que no pudimos ocupar,
que la situación no supo mantener, al igual que el color de nuestra piel
Si fueron los estupefacientes, tal vez la misma mente
que nos invadió, nos acercó, nos alejó
me confundió
No sé dónde estoy, si en mi
o en vos.

Hoy

Piso, mate, sol
soledad, otoño, claridad.
El mate humea pero se deja tomar,
como esa melancolía que termina por quemar mi paladar.
No calienta como antes, el sol
No broncea como antes, el sol
No me acompaña como antes, el sol
ni esa silueta a mi al rededor.
Llego tarte, pero mi cuerpo no entiende de tiempo
hoy
Se supo sacar la pijama sin preguntarme
hoy
y me deja insaciable e inestable
hoy
Estas letras no pegan, ni suenan
hoy
Quizá más tarde me encuentre, y lo arregle
me arregle
no como hoy, ni ayer

y las estrellas

Se nos calló la luna,
y la vimos flotar en el mar
partida en dos por el horizonte que dibujaba el atardecer.
Fue la estrella fugáz más hermosa,
pensé
y me miraste sin entender.
A veces las palabras tienen dos significados,
por qué no podria ser estrella la luna,
lunas las estrellas.
Como dos mundos en discordia, por el poder de la noche
uno se mantuvo en la historia,
el otro se partió en millones,
pero quiso seguir latiendo, brillando
y nacieron las estrellas
que bien pudieron ser lágrimas del universo
o
un vuelo de mente
de la que soy confidente, sin suerte.

ni un punto final

Hace cuánto no pasas por acá, me dijo ese cuaderno enbroncado de haberlo olvidado,
por no volver a volar, con las palabras que tanto le gustan escuchar.
Mis pensamientos volaban tan rápido que no llegaban a hacerse palabras,
se perdían en el medio de la nada
y ya no estaban;
algún pescador de ideas me los robaba;
sabían aletear, yo les enseñé a no poner un punto final..
Algunos regresaron para que los termine de pensar, 
les saqué una foto 
y posaron con la esperanza de ser algún día
un texto magistral.
Unos se hicieron poema, otros frases sueltas en el celular
pero lo que seguro no pasará,
es que vistan un disfraz
o un punto final.

Pie de caracol, mundo de arena;
 todo se recicla, 
como la eternidad.. ahora dibujada
Una moneda tirada, 
y dos mundos separados por sus caras;
el cielo y el mar, nacieron de la misma madre? del mismo padre?
pudieron separar especies pero no su esencia, ni su color
no pudieron con el horizonte,
y se hicieron los días, la dicotomía
para prestarse el sol.
Y uno así de igual,
copiando las leyes de algo natural.
le lloramos al mar, 
nos volamos la eternidad

Tiempo

Sonidos que tocan tu espalda cual puerta interpuesta,

buscan respuestas, de preguntas aún no hechas

bailan con tus sentimientos, 

rozan tus recuerdos,

mariposas o movimientos.

Garganta que se aisla de tu cuerpo,

quiere ser voz, 

desenredarse de pensamientos,

sacarse cualquier peso condicionante,

como rosa con calor, cansada de cargar con tantos pétalos

los deja muertos en el suelo, sangrando decepción

que baja por los toboganes de tu historia

       y un espejo

que duplica la existencia

deshilvanando el hilo del tiempo, 

ahora avergonzado de su mentira enmascarada por el relój.