¿Quién soy yo? ¿Quién sos vos? ¿Quiénes son ustedes? Quién sabrá.. sera algo que descifrar. Algo que tendré que averiguar antes de tirarme a nadar en el mundo de verdad. A veces me pregunto las cosas insinuando una respuesta lógica, razonable; y no siempre obtengo la victoria, siempre veo a la demencia circulando por los pasillos, por las incógnitas de mis preguntas. De repente me encuentro radiante y sonriente; quizá riéndome, sin por qué tener que preguntarme nada, sin pasado ni futuro, sólo ese instante que en seguida me saluda con la mano anunciando su despedida; su bienvenida a las lágrimas, a los recuerdos, a los innumerables anhelos.. Tal vez tampoco me guste preguntarme el por qué de ésto; tal vez porque ya forma parte de mi rutina, de mi herida. Déjalo que fluya; intento eliminarte a través de mis ojos y solo exprimo el pasado. Intento gritarte con el corazón y resulta que no tiene voz. Te escribo mil canciones y quinientas declaraciones, pero nunca me atrevería a hablar de vos; no sin antes tener la certeza de que mio sos. Mientras, le converso a mi insomnio de vos; le cuento historias que tienen fin, pero si mucho que decir. Qué masoquista soy! Ya no sé cómo convencer al destino que te borre de mi camino; o quizá ya lo hizo, y mi neurosis es también es mi martirio, el puñal que de mi corazón no se ha ido. Siempre termino en lo mismo.. Aunque no quiera, en todos los temas te esmeras y así me condenas; con la imposibilidad de pensar en algo más, de terminar con lo que acabo de empezar. ¿Qué será? Será que para avanzar tenga que superar-te? Si no termino rápido este exterminio de confusiones y recuerdos se me será hasta imposible pestañar sin vacilar; será imposible conservar la poca cordura que tengo ahorrada. Prácticamente te convertiste en mi sida; y mi misión ahora es sobrevivir con esa enfermedad que somaticé para nunca separarme de vos; o de tu simple recuerdo.. 
