En verdad, no sé ni donde estoy parada. Creo estar en una calesita sin stop; en una sintonía sin tiempos, donde la soledad se hace eterna y no existe interruptor para el amor. Es desquiciado pensar que sólo en vos encuentro lo que necesito; que no habrá jamás nadie tan peculiar que me haga anhelar esa realidad como vos lo lográs. Patrañas! Este nivel de idiotez ha llegado al máximo, y padezco una absurda enfermedad, la no-voluntad para quererte olvidar; ¿existe en verdad? Basta de sueños, de lágrimas y recuerdos. Me arriesgaría a una operación del corazón para curar mi obsesión por vos; es inútil este sufrimiento clandestino, ya no pertenezco a tus sentimientos y yo no quiero sacarme la venda de mis ojos. Tengo miedo. Miedo de ver la realidad y no encontrarte nunca más, miedo de volverme a enamorar y que me vuelvan a fallar, miedo a carme y no volverme a levantar.. Viví mil infiernos y nada se parece a esta desesperación que me está torturando ahora. Estoy en la espera de algo mejor, de una solución para los pedazos de dignidad que quedó destruida. Vete al diablo! Confirmo mi divorcio con la depresión, ese camino me lleva directo a la perdición. Cierro mis ojos y me dejo llevar.. ahora sé que despacio te vas y nunca volverás. Qué alivio.. ¿no lo es?
