Hay algo que me encandila cuando miro hacia arriba en busca de una señal; quizá la respuesta que nadie me supo dar. Tal vez sea este aire de sábado desgastando los restos de viernes, de un pasado que prometió eternidad..
No creo poder seguir de la mano con esa parte mía que descubrí; con esa francine que me cuesta admitir. Todo sigue ahí; muriendo y luchando por vivir. Yo prefiero sumergirme en el río de mis pensamientos, encontrarlos desnudos, imperfectos. Prefiero jactarme de momentos que llenen el desconocimiento de las mentiras con las que nacemos. Lo llevo en la sangre, me compete; pero ya nadie mira en los ojos del resto.. Frente a tanta monotonía soy un defecto; no veo puertas ni fronteras de espera, no veo silencios ni camuflajes que me mientan.. cada mirada es un portal al alma.
La gente se ha convertido en verdaderos antropófagos de sí mismos; como un ritual, como una rutina.. las cabezas se disipan impolutas en contenedores que impiden girar hacia la derecha, hacia la izquierda. Es inquietante encontrar raíces tan fuertes como la de los baobabs; raíces que prometen hundirse en túneles con dirección a un centrifugado de ideas.
