5 de marzo del 2014
Y así me sale, llorarte con palabras. Sé que no esperé a perderte para decirte un te quiero sincero y de corazón cada vez que un encuentro se daba entre los dos. Te elegí antes de nacer y sigo orgullosa de haberte podido conocer. Momentos así en los que los recuerdos llueven, es imposible no salir empapado. Todavía no logro caer, pero entiendo que en esta vida estamos de pasada. Me cuesta creer en lo infinito porque estoy rodeada de seres finitos, aunque infinita es el alma que nos tiene conectados por siempre y para siempre. Mi gran abuelo compinche y compañero, grande en todos los sentidos, desde el corazón hasta esos tangos llenos de vos, de conocimiento, de alegría y simpatía. Gracias por tantas sonrisas, por dejarte cuidar, por esos viajes interminables con tangos y cantos, por arriesgarte a enseñarme a manejar, por tantos cumpleaños y fiestas, por dejarme reir cuando abusabas de las copas, por estar a mi lado aunque sea por medio de mails, gracias por tanto más, por abrazarme, por cada instante. Fuiste simplemente el abuelo que todos quisieran tener y que todos extrañarían como lo hago yo, nunca me salio pensar nada malo sobre vos, porque sos un rechoncho de amor. Gracias por darme tu don de escritor, espero poder llegar tan lejos como vos.
No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta, te amo por siempre!
