complicada
es la lucha de todos los dias
contra el silencio sostenido en el tiempo
contra la distancia que separa nuestros labios
contra esas ganas de desagotar en vos,
de intercambiar aliento por respiración,
de sentir tu piel como propia.
es realmente aberrante amarnos así.
la locura nos mostró que no tiene límites,
y sin embargo, estamos navegando sobre filosos hilos.
el equilibrio lo encuentro en tu mirada, cuando te miro a los ojos,
y entonces me tranquilizas con esa sensación esperanzadora,
lejos de una promesa con fecha de vencimiento.
todos los días superamos la muerte,
tras un feliz día nuevo que nos atraviesa y nos abraza.
es estar del mismo lado de la luna
y saber que hay otro lado, donde podriamos dejar de amarnos.
y no me importa lo que dure el reto,
mientras cada segundo que viva, sea intenso.
porque la intensidad nos describe.
arriesgamos todas las fichas en el mismo juego,
y eso nos enamoró.
nos abrimos con la pura confianza de nuestro instinto,
y quedamos desnudos sin que nos tiemblen las patas.
superamos el miedo de amar, sin siquiera acordarnos que debía pasar-nos.
carpe diem nos define, hoy y siempre,
entendiendo nuestro siempre como la nada y el todo.
debo admitir, de todas maneras,
que la parte terrenal de mí,
sufre la indecisión de cada segundo
del trazo de la sintonía que vamos tejiendo.
la mayor travesía de mi vida,
sin duda ahora esta en vivo.
por eso vuelo, y vuelo,
si bajo,
me encuentro con riesgo a estrellarme,
en una realidad media ficticia,
media podrida.
y yo solo disfruto este rodaje,
con vos,
con una locura excepcional,
empapada de amor.
es impredecible el final de esta historia,
porque carece de un principio claro.
como algo que no puede morir porque nunca nació,
inmarcesible en su máxima expresión,
eterno en el tiempo.
infinito e inefable,
etéreo y efímero.
como droga que me lleva a una época épica,
del mundo creado por los dos.
no podría dejar de intentar describir ésto sin encontrar el punto final,
sin empezar molesta
y terminar incendiada,
por esta serendipia de sentimientos revolucionados
y haciendo efervescencia en mi sangre,
intentando escapar y encontrar un lugar donde expresarse,
un receptor que lleve tu nombre y tu luz,
buscando esa piel donde se hace incandescente,
color propio de nuestra luz siendo una sola.
sumé, entonces, otra religión,
fotofilia en combinación,
de un vos&yo.
