Verlo morir,
es querer verlo nacer.
los días y noches
reciclan nuestras esperanzas.
digieren situaciones
que serán secuestradas por el tiempo,
colgadas en percha
por si nos urge volver vestirnos de pasado
y trasladarnos en reversa.
como quitarle el polvo a esas prendas.
a veces no se cuestina el paso de los segundos
a veces hay que dejar que los sentimientos ya desgastados
se hundan
y vuelvan a su origen,
vaciar cabeza y alma
para que entre aire recargado
energías que sean las pilas para seguir.