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lunes, 14 de abril de 2014

Olvidarme de olvidar-te

Tantas veces me olvido de olvidar que te vuelvo a recordar; me vuelvo a enamorar, me desilusiono, una vez más. Son las cenizas que mejor guardadas tengo, las esperanzas que mueren más lento. Los recuerdos movieron mi cuerda y desequilibraron mi presente haciéndolo un torbellino que no duraría más que un sueño, de esos que no se ponen de acuerdo con el tiempo, que viven un año en un minuto, que te matan aún muerto, que te llevan a otro planeta sin llevar a tu cuerpo.. y es que a veces pesa más el cargo de conciencia, a veces el amor levanta vuelo, y a veces, simplemente eres el sube y baja pero no subes ni bajas. 
Volvamos al margen, a observar cómo se llena la hoja de nuestra historia; y sin retocarla miremos al cielo, respiremos hondo y vaciémonos de nuevo, que el pasado está a nuestro lado y el futuro necesita espacio para volver a inundarnos con otras estrellas que brillan para nosotros, hoy y mañana. 
Porque los recuerdos son solo eso, intangibles pero visibles, promesas mentirosas de un pasado enmascarado de presente; y vuelve, se hace concreto en una herida y grita, grita haciéndose escuchar por todos los sentidos; te transforma en ancla y te pasan la misma película que ya viste antes, pensando que algo cambió, pero es la misma que miras con otros ojos, que vuelves a recordar a la perfección y a exprimir sentimientos que salen en lágrimas; te haces gota y te liberas de tu cuerpo, continuando con la actuación o volviendo en razón corres al reloj, tirándole la cuerda y retomando la carrera con secuelas de una guerra entre la mente y el corazón, dejando un mar a su nombre para volver a navegar, cuando las mareas de mis ganas quieran sentir sus aguas.